WORKAHOLISMO

El término “workaholico”, deriva del nombre que se le da al alcoholismo, sólo que este caso no es adicción al alcohol, sino al trabajo.

Ésta enfermedad se define como la adicción al trabajo.

Se le puede dar una connotación virtuosa, por decirlo de alguna manera, y desde luego socialmente aceptada. Pero si tiene consecuencias benéficas para algunas personas, producto de un incansable trabajo, el workaholismo está muy lejos de ser verdaderamente algo virtuoso.

Se caracteriza por ser una conducta obsesivo-compulsiva que reside y se manifiesta en un ego exagerado de la persona. Es decir, es un síntoma de que algo en la profundidad de nuestro ser no está del todo bien. Las personas adictas tienen altas dosis de concentración en ellos mismos y para evadir esa sensación tan abrumadora, generan este tipo de conductas.

Produce una compensación en el cerebro a nivel emocional. La búsqueda de una sensación placentera o el querer estar mejor, no siempre es positivo, nuestro objetivo es evadir determinadas situaciones que nos preocupan, así como también querer encajar en la sociedad a costa de nuestra salud.